domingo, 19 de mayo de 2013

AL - BURDA EL POEMA DEL MANTO

¿Es al recordar a los moradores de Dzi sálam
por lo que vierten tus pupilas lágrimas mezcladas con sangre?

¿O bien es porque el viento sopla desde Kázima,
o porque el relámpago brilla en la oscuridad sobre Ídam?

¿Qué le pasa a tus ojos que, si les dices ¡basta¡, se desbordan?
¿y que a tu corazón que, si le dices ¡despierta¡, se abisma?

¿Cree el enamorado que puede ocultar su amor
entre lágrimas vertidas y ardores?

Si no fuera por pasión, no se derramarían lágrimas sobre los recuerdos,
Ni te dejaría insomne la mención del ban o del ‘álam,

ni te prestarían túnicas de llanto y languidez
la evocación de las jaimas y el recuerdo del morador de las jaimas

¿Cómo puedes negar un amor cuando dan testimonio
de él contra ti las pruebas irrefutables de las lágrimas y el agotamiento?

el amor apasionado ha labrado dos lineas con llanto y enfermedad
Del color de la pimienta sobre tus mejillas, o bien rojizas.

Sí; me ha visitado de noche el fantasma de aquél al que amo y me ha dejado en vela.
El amor mezcla los placeres y el dolor.


Tú, que me censuras a causa de una pasión pura, ¡discúlpame!
¡acéptalo de mi! Si fueras justo, no me censurarías.


Te ofende mi estado: mi secreto no está oculto
a los delatores, ni mi padecimiento acaba.

Me ofreces tu consejo, pero no lo escucho:
El amante es, ante los censores, sordo.

Yo sospecho del consejo de la cana en su censura
Pero la cana en su consejo está fuera de sospecha.

la inclinación que en mí impera no aprende del ejemplo,
a causa de su ignorancia, a pesar del aviso de la cana y la vejez,

ni ha preparado acciones hermosas para honrar
a un huésped que se ha instalado en mi cabeza sin pudor.

si hubiera sabido que no habría de respetarlo
lo habría ocultado con tintes para que no denunciara mi secreto.

Quien me ayudará a dominar la fuerza de su rebeldía
Tal como se denomina la fuerza de los caballos con bridas?

No pretendas con concesiones romper su apetito:
La comida refuerza la ansiedad del glotón.

La arbitrariedad es como un niño, si lo descuidas crece
Acostumbrado a que lo amamanten, pero si lo destetas se somete.

desvía su capricho y está en alerta para no seguirlo:
el capricho, si es atendido, mata o deshonra.


Vigílalo mientras lo apacentas en las acciones rectas:
Si encuentra dulces los pastos no lo acostumbres a ellos.

¡Cuántos placeres ha embellecido para el hombre, y son asesinos
cuando no sabe que el veneno está en la mantequilla!

Cuídate de los engaños del hambre y la hartura:
¡cuántas quejas del estómago son peores que el empacho!

Vierte hasta la última las lágrimas del ojo que se ha llenado
De violaciones a la intimidad e instálate en el recinto protegido del lamento.

Contraria al Nafs y a Shaitán, y desobedécelos,
Y su te brindan un consejo ¡sospecha!

No los obedezcas, sean contrincante o juez:
ya conoces las argucias del contrincante y el juez.

Pido a Allah disculpas por las palabras que no van acompañadas de acciones:
Con ellas atribuyo descendencia a algo estéril.

Te ordeno el bien, y no lo cumplo.
Yo no estoy derecho, ¿de qué sirve que te diga ¡sé recto!?

No me he aprovisionado antes de la muerte con gestos voluntarios;
No he hecho más Salat que el obligatorio y no he ayunado.

He sido injusto con la Sunna de quien dio vida a las tinieblas de la noche hasta
que se quejaron de dolor sus piernas entumecidas.

Y ató elhambre de sus entrañas, doblando
Bajo una piedra su costado de brillante piel.

Se le ofrecieron fabulosas montañas de oro
para apartarlo de sí mismo, y les mostró cuál era su altanería.

Confirma su desapego la necesidad en la que estaba,
pero la pobresa no doblega a los infalibles.

¿Cómo habría de sujetar al mundo la necesidad de quien,
si no hubiera sido por él, el mundo no habría salido de la nada?

Muhammad es el señor de los dos mundos y de los dos
seres creados y de los dos grupos, los árabes y los no árabes.

Nuestro Profeta, el que ordena y el que prohíbe, nadie
Es más íntegro que él diciendo “no” o “sí”.

Él es el amado cuya intercesión se espera
ante toda calamidad que se abalance sobre nosotros.

Nos convoca hacia Allah: quienes se aferren a él,
se aferran a un lazo no roto.

Supera a los profetas en naturaleza y en carácter,
Y no se acercan a él en ciencia y generosidad.

Todos ellos, de Rasûlullâh, recogen lo que son
bebiendo de su mar o sorbiendo de su lluvia.

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Están de pie ante él en sus límites,
en un punto de la ciencia o en un rasgo de la sabiduría.

Él es el de espíritu y cuerpo perfectos,
y lo eligió para intimar con él el Iniciador de la vida.


Carece de semejante en sus bellezas:
la gema de su hermosura no ha sido partida.

Deja de lado lo que los cristianos han dicho de su profeta,
y afirma lo que quieras elogiando (a Muhammad) y hazlo con sabiduría.

Atribuye a su esencia la nobleza que quieras,
y atribuye a su rango las inmensidades que desees,

pues la virtud de Rasûlullâh no tiene
límite  que pueda expresar nadie con la boca.

Si sus signos fueran equivalentes a la inmensidad de su rango
su nombre, al ser invocado, devolvería la vida al disuelto en el polvo.

No nos ha probado con nada que violente a la razón
Protegiéndonos así, por lo que no hemos vacilado ni hemos enloquecido.

Es agotador para la creación comprender su espíritu, y no se ve
cerca o lejos de él más que a exhaustos,

Él es a semejanza del sol que se muestra a los ojos en la lejanía
Como algo pequeño, pero que quema la mirada cuando lo encara.

¿Cómo habría de alcanzar en el mundo su esencia
gente dormida entretenida en sueños?

A lo más que se llega a saber de él es que es humano
Y que es el mejor de todas las criaturas de Allah,

y que todos los signos con los que han venido los nobles profetas
son adhesiones a ellos de su luz.

Él es el sol de la virtud y ellos son sus planetas
  que muestran sus luces a las gentes que están en tinieblas,

hasta que se alza por el horizonte y su señal abarca
a todos los mundos y reaviva a las naciones.

¡Honra la creación de un Profeta al que adorna el comportamiento:
en él está la belleza encerrada y el regocijo lo califica!

Él es como la flor en el extremo de su hermosura, como la luna llena en nobleza,
como el mar en generosidad, como el tiempo en resolución.

Es como si estuviera, aunque él sea singular en su majestad,
en medio de su ejército, cuando te encuentras con él, rodeado de su corte.

Es como si sus palabras fueran perlas guardadas en la concha
de su boca que salieran iluminadas con la sonrisa.

La inteligencia cae cegada cuando lo contempla:
es como si mirara al sol de frente.

Ningún perfume iguala al de la tierra que cubre sus huesos:
¡enhorabuena al que lo huele y a quien besa su tumba!

Su nacimiento exteriorizó el aroma de su manantial:
¡oh, el perfume de su principio y de su final!

Un día (el del Máwlid) en que los persas adivinaron en él
que eran advertidos acerca de la destrucción y la ruina de su Imperio,

Esa noche, el formidable palacio de Cosroes tembló
Como sus ejércitos, que fueron desperdigados.

Se extinguieron de pena las llamas del fuego que adoraban,
y el Éufrates iba distraído a causa de sus pesares.

A Sawa la entristeció que el agua de su laguna se evaporara,
y tuviera que volverse irritado el sediento que acudía a ella.

Es como si en el fuego hubiera la humedad que hay en el agua
A causa del lamento, y en el agua estuviera la combustión que hay en el fuego.

Los genios gritan, las luces resplandecen:
la verdad aparece en el significado y en el significante.

Estaban ciegos y sordos (los kuffâr), y el anuncio de los acontecimientos no
fue oído y el relámpago de la advertencia no fue visto,

aun después de que informara a las gentes su sacerdote
diciéndoles que su espiritualidad torcida ya no se enderezaría,

y después de haber visto por el horizonte caer meteoritos
brillantes en número igual a los ídolos que se adoran en la tierra,

hasta apartar del camino de la Revelación a todo derrotado
de entre los Shayâtîn, que huían unos siguiendo a otros.

en su huída eran como los campeones de Abraha (vencidos por los pájaros)
o el ejército (al que hizo huir el Profeta en Badr) lanzándole guijarros con las manos

que arrojo después de oirlos glorificar a Allah cuando estaban en su palma,
y fueron arrojados como el Glorificador (Jonás) de las entrañas de la ballena.

A su llamada acudían los árboles humildemente
caminando sobre piernas sin pies,

como si estuvieran trazando líneas para lo que escriben
sus ramas con esplendorosa caligrafía en derechura,

como la nube que, a donde él iba, lo acompañaba
protegiéndolo del calor del horno, guardándolo al mediodía.

¡Juro por la luna hendida que él tiene
el corazón tal como es dicho en este juramento!

La cueva contuvo Abundancia y Generosidad
Que la mirada de los idólatras no pudo ver.

La sinceridad estaba en la cueva, y el Muy Sincero, y no la abandonaron,
mientras (los kuffar) decían: “No hay nadie en la cueva”.
segunda parte de la poema +

1 comentario:

  1. Muy interesante lo que exponen en este blog. Muy buenas notas! Les dejo la página de Annurtv donde encontrarán información sobre arte y cultura árabe, religión, sabores de medio oriente y demás temas. Los invito a visitarla!

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